Violencia LGBT: la curva que no desciende.
En los últimos tres años, según informes emitidos por la FALGBT, se cometieron en total 427 crímenes de odio contra la comunidad LGBT.
La Federación Argentina LGBT, emitió un informe en donde revela que en el último año en el país hubieron 177 crímenes de odio. Ésta cifra representa un aumento en la violencia cada año: en 2016 hubieron 31 casos, en 2017 la cifra fue de 103 casos y en 2018 se contabilizaron un total de 147 casos.
“Siempre pasa, la gente busca atacarte o hacerte sentir mal por ser “distinto” por tu orientación sexual”, opina Matías.
Para Daira Lax, “la violencia existe, existió y existirá siempre”. Ella considera que el aumento en los últimos años se debe a la mayor visibilización del movimiento LGBT: “ el movimiento va tomando fuerza y eso tiene su reacción en la sociedad”.
Se debe aclarar que los 177 casos contabilizado por el Observatorio Nacional de Crímenes LGBT de la FALGBT no contempla el total de los crímenes cometidos. A la hora de realizar el informe se toman en cuenta solo los casos que toman estado público cuando son publicados en medios de comunicación o aquellos casos que son denunciados en la defensoría LGBT a FALGBT. Además hay que tener en cuenta que no siempre son respetadas las identidades de género a la hora de emitir una denuncia, por lo que se estima que la cifra real es mucho mayor a lo que se conoce.
Derechos LGBT en Argentina
En Argentina existen leyes para proteger los derechos de la comunidad LGBT. Tal es el caso de la ley 26743, la cual protege el derecho a la identidad de género y la ley 26791 que establece prisión perpetua para aquel que cometa crímenes de odio a una persona por su identidad sexual. Sin embargo, para la comunidad LGBT estos derechos no son respetados. Sobre esto, Daira Lax cuenta que “muchas veces si una compañera que está transicionando y aún no tiene el documento quiere hacer una denuncia, su identidad no es validada y eso es un acto de violencia institucional” y agrega: “vos vas a un sistema de salud público y decis mi pronombre no es femenino, soy leída como una persona no binarie ( quienes no se sienten identificados en el género femenino ni en el género masculino) y no les importa”.
Por otra parte, la “agrupación LGBT 1969” considera que estas leyes no han servido para la problemática “la realidad material del sector de la clase trabajadora de nuestra comunidad no ha variado mucho. Las personas travesti-trans sufrimos un genocidio silenciado perpetrado por el mismo Estado que nos continúa persiguiendo, marginando y criminalizando por no ajustarnos a la norma hetero-cis”.
Sobre esto, en el informe emitido por FALGBT, se remarca que para las mujeres trans, sobre todo, la violencia comienza desde muy pequeñas. Muchas de las víctimas son echadas de sus hogares lo que, junto a la violencia institucional, provoca que sean excluidas del sistema educativo. Como consecuencia de no poder acceder al sistema educativo, las personas trans ven muy reducidas sus oportunidades laborales.
En nuestro país a pesar de estas leyes no existe una ley federal contra la discriminación, “estaría bueno poder tomar acciones concretas bajo el amparo de una ley, sufrimos hostigamiento mucha violencia y tener una herramienta como una ley sería un punto y una base muy fuerte” cree Daira, aunque agrega que esto funciona si se es respetado como se debe. La Federación Argentina LGBT, en su informe, expresa la necesidad de ésta ley. En diciembre de 2018 FALBGT presentó el proyecto de ley contra la Discriminación ante el Congreso de la Nación, como lo vienen haciendo y presentando hace 15 años. Para ellos ésta ley, “es una verdadera oportunidad para garantizar el acceso a la justicia en los casos de crímenes de odio contra las personas de la diversidad sexual, así como para crear instituciones especializadas, que cuenten con información desagregada, y que brinden un tratamiento efectivo para la erradicación de este tipo de delitos”, según exponen en su informe.
Víctimas
El mayor porcentaje de los crímenes de odio están dirigidos hacía mujeres trans. Del total de 177 casos, 113 fueron dirigidos hacía ellas. Le siguen con el 24% los crímenes dirigidos hacía varones gays. Representando un 8% del total de casos le siguen los crímenes dirigidos hacía lesbianas y en último lugar con el 4% aquellos dirigidos a varones trans.
Derechos lesionados
El 56% de los crímenes atentaron contra el derecho a la integridad física, aquí se contemplan aquellos casos en dónde la violencia física no terminó en muerte. Por el contrario, aquellos que si terminaron con la vida de la víctima, contemplan el 44 % de los casos.
El 21% de las personas que murieron, fueron asesinados. El 79% restante, murieron como consecuencia por el abandono y/o ausencia estatal. Esta cifra, según informa FALGBT, es imprecisa ya que estos casos no figuran en los medios y solo se puede acceder por la denuncia de familiares u otras mujeres trans.
Cabe destacar que el mayor porcentaje de víctimas fatales representa a mujeres trans.
Edades de las víctimas
El mayor porcentaje corresponde a personas de 20 a 29 años, quienes representan el 35,29% de los casos. Le siguen con el 30,39% las personas dentro de la franja etarea de 30 a 39 años. Aquellas personas de 40 a 49 años forman parte del 14,71% de lo casos y con un menor porcentaje se encuentran las personas de 50 a 59 años con el 8,82 %. Concluyen el porcentaje restante, 4,49 %, las personas de 10 a 19 años y aquellas que tienen entre 60 a 69 años.
Entonces, ¿ a mayor edad menor es la posibilidad de sufrir violencia por la orientación sexual?. Para leer estás cifras primero debe tenerse en cuenta que quienes representan el mayor porcentaje de casos, como ya hemos mencionado, son las mujeres trans. En nuestro país las mujeres trans tienen una expectativa de vida de 35 años, así se explica que la franja etarea más afectada sea la de 20 a 39 años.
Los porcentajes menores en edades adultas se debe a que también hay un porcentaje menor de mujeres trans que tengan esa edad.
Distribución geográfica
El mayor porcentaje de casos se ubican en Buenos Aires, el 27% en provincia de Buenos Aires y el 24% en CABA. En tercer lugar con el 12% de los casos se encuentra Salta y le siguen con menos del 5% de los casos cada una las provincias de Santa Fé, Río Negro, Entre Ríos, Mendoza, Chubut, Jujuy, Santiago del Estero, Tucumán, San Juan, La Rioja, Chaco, Corrientes, Formosa, Santa Cruz y Córdoba.
El análisis que se debe tener en cuenta con respecto a la ubicación geográfica es que las personas del movimiento LGBT suelen migrar a las grandes ciudades dónde la presencia LGBT es mayor y por tanto la discriminación suele ser menor. Teniendo en cuenta esto, Buenos Aires representa el mayor porcentaje debido a que la población LGBT allí es mayor.
La preocupación mayor reside en Salta dónde la población es menor pero por su porcentaje de violencia se encuentra entre las tres provincias con más casos. Desde el año 2016 ésta provincia se mantiene en el tercer puesto, demostrando que la discriminación allí es mayor y no disminuye.