
El otro lado de la conmemoración del Día del Trabajador
La celebración del 1° de Mayo y Alejo Peyret: un francés representante de nuestro país
La provincia de Entre Ríos fue el ámbito del influyente galo Alejo Peyret. El francés llegó al Río de la Plata luego de la derrota de la revolución de 1848 y tuvo destacada actividad como periodista, profesor, funcionario y organizador de colonias, en el entorno cercano del general Justo José de Urquiza. Peyret desarrolló su labor fundamentalmente en la provincia litoraleña , donde creó la primera colonia agrícola, San José, e impulsó luego la creación de la ciudad de Colón, entre otras concreciones de una amplia obra que incluye bibliotecas populares, periódicos, asociaciones mutuales, cooperativas y, en medio de todo, una vasta obra periodística y filosófica que recién comienza a revalorizarse.
Afiches alusivos al día
Día del Trabajador: de luchas históricas a desafíos modernos
¿Qué sucedía en París?
El Congreso Socialista Internacional se reunió en París entre el 14 y el 21 de julio de 1889; en él se conformó la Segunda Internacional y se estableció el Primero de Mayo como día de lucha por la liberación de la clase obrera. En la Argentina, para entonces, ya había una pequeña pero potente historia de organización obrera: ya surgían sindicatos y se habían producido huelgas. La primera registrada fue de un grupo de trabajadores vascos en el saladero Santa Cándida, propiedad de Urquiza, en Entre Ríos, en 1858 (veinte años antes de la que habitualmente se recuerda, realizada en 1878 por trabajadores gráficos agrupados en la Unión Tipográfica Bonaerense). Para 1889 ya funcionaba en Buenos Aires el club Vorwärts —uno de los grupos proletarios que poco después contribuirá al nacimiento del Partido Socialista argentino—, que le pidió a Wilhelm Liebknecht, fundador de la socialdemocracia alemana, que lo representara en dicho Congreso.
A su vez, también es de público conocimiento que el 1 de mayo de 1886 miles de trabajadores norteamericanos iniciaron una huelga para exigir las ocho horas de trabajo. La policía disparó sobre los manifestantes y hubo muertos y heridos como saldo. La indignación obrera se multiplicó y en un confuso episodio en Chicago murió un policía, de lo que rápidamente se culpó a ocho dirigentes anarquistas. Hubo allanamientos y miles fueron a parar a cárceles. El juicio, una farsa destinada a condenar al activismo obrero, condenó a August Spies, Adolph Fischer, George Engel y Albert R. Parsons y pese a la protesta mundial, el 11 de noviembre fueron ahorcados. El crimen indignó a los trabajadores de todo el mundo.
Los gremios de izquierda y sus indentificaciones
Solo tres años habían pasado de esos sucesos cuando se reunió en París el Congreso Internacional de Trabajadores. La idea era refundar la organización que años atrás había impulsado Carlos Marx, ya fallecido, y así lo hicieron: nació la que sería conocida como la “Segunda Internacional”. Además, se adoptó el Primero de Mayo como jornada de lucha internacional, en homenaje a los mártires de Chicago: en cada lugar, se decidió, «habrá manifestaciones de acuerdo a las condiciones impuestas en cada país». Pocos meses más tarde, en 1890, se celebró en la Argentina por primera vez el Primero de Mayo.
Es mucho menos conocido que hubo un argentino presente en esas jornadas históricas. Alejo Peyret —radicado en la Argentina desde hacía casi cuatro décadas— asistió el día 20 de julio al congreso realizado en el bulevar Rochechouart, según dejó registrado en su diario personal.
Hay abundantes descripciones de su presencia en el Congreso. El entusiasmo de algunos autores los lleva a decir que Peyret “estaba muy contento con la Segunda Internacional”, adonde “lleva la representación de los trabajadores argentinos”; que “asistió representando a un grupo socialista de la Argentina”; que “llevaba otra representación, sin duda grata a su espíritu y convicciones: la de los trabajadores argentinos ante el Congreso Socialista Internacional”; que “como delegado de los trabajadores argentinos participó activamente en la fundación de la Segunda Internacional”; que viajó “llevando la voz de los trabajadores argentinos al ser designado delegado, presumiblemente en el Club Vorwaerts de Buenos Aires”, e incluso que al año siguiente el Primero de Mayo “se comenzó a festejar en nuestro país (...) como consecuencia del mensaje traído por Alejo Peyret”.
El franco-argentino Alejo Peyret
Queda claro entonces que Peyret viajó a París sin noticias previas de tan importante reunión, lo cual invalida cualquier representación que se le quiera atribuir. Tampoco hay datos de que a su regreso se vinculara con las organizaciones en formación. No estuvo en los actos del primer Día del Trabajo en Buenos Aires, en 1890 (de hecho, aun no había regresado a la Argentina)ni se acercó al Partido Socialista, creado unos años después, en 1896. Pero eso no impidió que el naciente partido liderado por Justo lo considerara un pionero en las tierras del Plata: “un vidente, un republicano entusiasta y liberal, casi socialista”, reivindicando inclusive la experiencia de colonización agrícola en otras publicaciones. Incluso la primera referencia sobre Peyret en el Congreso de París se publica en “La Vanguardia”, el periódico socialista fundado por Juan B. Justo en 1894.
El 6 de septiembre de 1902, ante el deceso del ilustre Peyret (que había ocurrido en agosto), lo despiden diciendo que fue uno “de los primeros que arrojó en la República la semilla socialista”, y además se destaca: “Representó a los socialistas del Río de la Plata en el Congreso Internacional de París de 1889”, legitimando así una representación que no buscó, pero que el destino (o mejor, el resultado de sus múltiples aportes a la vida social y cultural de su país de adopción) le tenía reservada para la posteridad.
(Agradecimiento de Códigocba a Diario Perfil, nota reproducida tal cual la edición del citado medio nacional)