Los sitios arqueológicos mexicanos y sus pobladores antiguos
Los sitios arqueológicos mexicanos y sus pobladores antiguos

Los sitios arqueológicos mexicanos y sus pobladores antiguos

La arqueología mexicana en toda su dimensión

 

Por R.O.S

 

México en épocas prehispánicas fue habitada por diferentes culturas o etnias. De esos tiempos hoy nos quedan diversos sitios arqueológicos que se pueden  visitar para reconocer la   memoria histórica y la identidad. La arqueología es la disciplina que estudia las sociedades de otros tiempos a través de sus vestigios, sean restos humanos, monumentos, pinturas, pirámides, monolitos, objetos, maderas o cerámicas.

De acuerdo con la Red de Zonas Arqueológicas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), hay 191 zonas arqueológicas abiertas al público en todo el país. Éstas forman parte del patrimonio cultural de México, y los estados de Quintana Roo, Campeche y Yucatán son los que mayor número de sitios tienen.

Según la Unesco se entiende por patrimonio cultural “a la vez un producto y un proceso que suministra a las sociedades un caudal de recursos que se heredan del pasado, se recrean en el presente y se transmiten a las generaciones futuras para su beneficio”. El patrimonio cultural es analizado y trabajado por distintos especialistas, ya sea antropólogos, arqueólogos, arquitectos, lingüistas, etnólogos, físicos, químicos, astrónomos, etcétera. De acuerdo con la especialidad de cada uno será la labor que realicen en un sitio.

 Eduardo Matos, investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia, asegura que “ninguna otra disciplina puede penetrar en el tiempo y confrontar a las obras del hombre y al hombre mismo como lo hace la arqueología. Es una disciplina plural y universal que lo mismo descubre el palacio del poderoso que la casa del humilde”.

 Así, en cuanto a los edificios prehispánicos, los especialistas empiezan a plantearse distintas preguntas: fue construido varias veces a lo largo de mil años o es un edificio viejo que ahí se quedó y lo siguieron usando. También debe compararse con otros edificios, porque en los sitios arqueológicos siempre se encuentran semejanzas que pueden ser indicio de una planeación y de grandes proyectos urbanísticos.

Una técnica que se usó en distintas zonas arqueológicas de México fue la de la cal, la cual, apunta el investigador Fahmel, fue revolucionaria en su época. Aparentemente, esta técnica empezó a emplearse en Yucatán, donde el sustrato es calizo y probablemente pasó de ahí a Oaxaca y después a Teotihuacan.

“Que yo sepa esa tecnología no es universal; las mismas ciudades europeas eran horribles, corría el agua por las calles de tierra, con los desechos, por eso llamó tanto la atención Tenochtitlan, porque era una ciudad urbana, limpia, con toda la infraestructura necesaria para que funcionara sin que hubiera grandes epidemias como las que hubo en Europa”, comentó.

 “Aportamos también información para la reconstrucción de las condiciones paleoambientales, desde el Holoceno medio (hace 6 500 años, aproximadamente) hasta nuestros días. Y no sólo eso, las investigaciones llevadas a cabo han contribuido al reconocimiento del significado de mantener el uso plantas tradicionales y nativas de México por su gran antigüedad e íntima asociación con las culturas prehispánicas, y a través de los siglos con las culturas mesoamericanas y tradicionales actuales”.