Imperio Romano: Sitio mejor conservado del mundo, después de las ruinas de Pompeya
Imperio Romano: Sitio mejor conservado del mundo, después de las ruinas de Pompeya
Imperio Romano: Sitio mejor conservado del mundo, después de las ruinas de Pompeya

Imperio Romano: Sitio mejor conservado del mundo, después de las ruinas de Pompeya

La Herencia de Roma

Bruno I. Scollo

Este lugar lleno de piezas históricas, compite codo a codo con la famosa ciudad de Pompeya, por lo que no lo tiene fácil. Y es que la ciudad jordana de Jerash está catalogada como la segunda del Imperio Romano mejor conservada del mundo después de la italiana, infinitamente más famosa, pero no por ello más interesante. De hecho, algunos de los restos de esta antigua urbe situada a apenas 50 kilómetros de la capital del país árabe, Amán, se mantienen incluso mejor que los de Pompeya pese a no haber sido arropada por la lava de un volcán.

No en vano, es la segunda ciudad romana en mejor estado de todo Oriente Próximo. De ahí que se la llame la Pompeya del mundo árabe y que sea el lugar más visitado de Jordania después de la monumental Petra. Ya solo su entrada a través del arco del triunfo de Adriano es una muestra del esplendor que acaparó en la edad antigua. Luce un triple arco levantado para honrar la visita del emperador homónimo en el invierno del año 129. Su altura es de 11 metros y se calcula que llegó a medir el doble y que tenía puertas de madera.

En cuanto a la denominada Gerasa fue miembro de la decápolis, la federación de 10 ciudades (entre las que estaban también Damasco, Filadelfia -la actual Amán- o Escitópolis, en Israel) que luchó contra los nabateos de Petra por el liderazgo de esta región en la frontera oriental del Imperio Romano.

En la segunda mitad del siglo I alcanzó su mayor esplendor como punto estratégico comercial, pero un terremoto en el 749 provocó su destrucción y su abandono durante más de 10 siglos. Hasta hace 70 años no comenzaron las excavaciones del yacimiento arqueológico (aunque no se ha descubierto más del 30% del total), que sacaron a la luz auténticos tesoros como la Plaza Oval, con un tamaño de 90 metros de largo por 80 metros de ancho, forma elíptica y rodeada de 56 impresionantes columnas jónicas.