Cuando las bebidas eran ilegales

Cuando las bebidas eran ilegales

Por Juan Cruz Araya

Durante los años 1920 hasta 1933, en Estados Unidos rigió la denominada Ley Seca, que prohibía la venta de bebidas alcohólicas. 

Propuesta por un grupo de activistas denominados la Templanza luego de un incidente protagonizado por un inmigrante italiano ebrio que asesinó a su esposa embarazada exigieron que Estados Unidos propicie su “mejoramiento moral” disminuyendo el consumo de alcohol en la población.

Esta medida se vio favorecida por la Primera Guerra Mundial, ya que gran parte de la cerveza consumida en el país era de origen Alemán y restringir su consumo fue considerado un acto patriótico.

Lejos de conseguir su objetivo, dicha normativa favoreció el incremento de actividades ilegales vinculadas a la industria etílica.

Para nombrar al mafioso más conocido a nivel mundial, debemos mencionar a Al Capone, un mafioso italiano, radicado en Estados Unidos. Conocido también como Scarface o Snorky, ganó su trascendencia por dirigir las operaciones más importantes de contrabando de alcohol y demás actividades ilegales.

Este hombre de mucho poder en el mundo delincuencial era un fanático reconocido de whiskey Templeton Rye. Su origen es americano y su propagación se dio durante la vigencia de la Ley Seca.

Por otra parte, según cuenta la historia, Lucky Luciano dirigió las operaciones de contrabando de alcohol más importante de Nueva York durante los años 30, que incluían el whisky Escocés, el whiskey Canadiense y el ron caribeño. Bebidas que no le resultaban ajenos a sus gustos personales.

Bonnie Parker fue conocida en el ambiente del hampa por formar pareja en sus asaltos a bancos con Clyde Barrow. Ambos eran férreos consumidores del whiskey americano, al tal punto que Bonnie arrojaba botellas vacías de esta bebida desde su automóvil  mientras huía luego del robo.

Si hubo un caso que se diferenció fue el de Dutch Shultz, conocido como el Barón de la Cerveza. Durante la vigencia de la Ley Seca,  este hombre montó un bar clandestino llamado Club Social Hub; desde allí ejecutaba el contrabando de cervezas y licores en Estados Unidos.

Siguiendo este camino de ilegalidades los cruceros no quedaron exentos puesto que, con la prohibición vigente, se organizaban viajes hacia aguas internacionales o hacia Cuba para que sus pasajeros puedan beber sin la restricción de ley. Fueron tan afamados estos viajes entre la clase alta de aquellos tiempos, que aún cuando se derogó la ley, los viajes continúan hasta la actualidad.

Los bares clandestinos que realizaban el expendio de alcohol a sus clientes, debieron enmascarar en las copas la ilegalidad de sus productos. 

Para ello los bartenders de la época, armaban cocktails a base de destilados, jugos de muchas frutas y amargantes. Esta combinación  disimulaba el alcohol de los tragos aunque no así sus efectos en el consumidor.