Por Firpo, el campeón sin corona, se celebra hoy el "Día del boxeador"
Por Firpo, el campeón sin corona, se celebra hoy el "Día del boxeador"

Por Firpo, el campeón sin corona, se celebra hoy el "Día del boxeador"

La pelea del siglo de “El campeón sin corona” o del "Rocky Balboa" en el que se inspiró Sylvester Stallone

 

Luis Ángel Firpo era hijo de un italiano que trabajaba como zapatero en Junín, localidad de la provincia de Buenos Aires. Su madre era española, una combinación típica de aquella época. El niño creció hasta los 9 años en esa ciudad pero luego debido a su problema en los oídos fue llevado a Buenos Aires para tratarse por su salud.

Ya en la ciudad ahora Autónoma, frecuentaba clubes entre ellos San Lorenzo de Almagro de quien fuera hincha fanático. El juninense creció en un período de bonanza de la Argentina, ya que nuestro país presentaba el record de ser la séptima economía del mundo.

Cuando se piensa en la despenalización del boxeo en la Buenos Aires de la década de 1920, es inevitable vincularla con Firpo y con una pelea icónica para el pugilismo nacional, tanto que llevó a que se fijara el 14 de septiembre como el Día del Boxeador argentino. Porque el Toro Salvaje de las Pampas fue un pionero.

La derrota con gloria del juninense ante Jack Dempsey en 1923 generó que este deporte dejara de estar prohibido y comenzara su camino hacia el profesionalismo. Y ¿el porqué  de esa gloria? Porque el argentino cayó entre el primero y el segundo round un total de nueve veces (antes las reglas eran prácticamente inexistentes). Pero luego de su sexta caída, el toro salvaje le propinaría un golpe tremendo con algo de empujón que envió al norteamericano fuera del ring (quien cayó y destrozó una máquina de escribir de un periodista que estaba en el ring-side). Estuvo Dempsey más de 17 segundos fuera del ring. Lo que en estos tiempos y con un representante le hubiera dado el título del mundo.

Ese hombre de las pampas de 1.90 y más de 100 kilogramos, a pesar de una pelea “esquilmada”, sin quererlo, se había transformado en símbolo de todos los campeones que luego tuvo la tierra gaucha (entre hombres y mujeres son más de 70 en la actualidad).

Pero ese día “triunfal” iba a ser reflejado desde una radioemisora de Buenos Aires y en lo alto de un edificio emblemático. En esos lugares se anunciaría (ya que no se transmitió el combate  por aspectos tecnológicos) quién era el triunfador. Si la luz era verde, el campeón sería Firpo o roja lo contario. Y primero ante el hecho narrado, la luz se tiñó de verde, aunque luego el bullicio del público se quedó en la frustración. El color fue el rojo.

Contra toda lógica exitista, aquel hito fundacional del boxeo argentino se saldó con esa cruel derrota. Pero una de esas que dejan marca. “Fue un gran campeón, un verdadero toro y me dio una lección importante: yo no era invencible”, reconoció casi medio siglo después Jack Dempsey, el hombre que terminó con el brazo en alto aquel 14 de septiembre de 1923 en el Polo Ground de Nueva York, tras 237 segundos de una rabiosa lucha que electrizó a los 80.000 presentes en el estadio. A 8.500 kilómetros del lugar de los hechos, en Buenos Aires, una multitud se reunió para seguir la transmisión por  ésa radio, un medio que había nacido apenas tres años antes.

Ese combate, el primero de un pugilista argentino por un título mundial, fue el punto de partida para el despegue de la disciplina en el país. Pero también fue el punto de llegada de un camino que el peleador juninense había iniciado apenas un lustro antes, en tiempos en que la actividad en esta fracción del mundo tenía un desarrollo acotado y subterráneo.

Pese a ello, la Comisión que en 1885 había reemplazado al Concejo Deliberante por decisión del presidente Julio Argentino Roca prohibió el boxeo como actividad pública en las 181 hectáreas que por entonces comprendía Buenos Aires el 6 de septiembre de 1892, justo un día antes de que James Corbett se convirtiera en el primer campeón mundial de peso pesado con puños enguantados, al derrotar por nocaut en el 21° round a John Sullivan, en Nueva Orleans.

En 1908 se fundó el Buenos Aires Boxing Club, el primer club de boxeo del país. En 1913, un grupo de jóvenes socialistas gestó el Internacional Boxing Club, donde un año más tarde comenzó a practicar Firpo, quien tenía 19 años, se había radicado poco tiempo atrás en la Capital, trabajaba como cobrador de una empresa que fabricaba ladrillos y antes había sido albañil y cadete.

El emblemático combate reflejado en un cuadro

En su etapa de adulto Luis Ángel fue un “millonario” de época y poseedor de campos en provincia de Buenos Aires. Pinta, su estampa de campeón y una pelea inolvidable para el padre del boxeo argentino.