Pablo Neruda y sus poemas creados en Córdoba
Neruda y una prolongada estadía en Villa del Totoral
Por Rubén Omar Scollo
Nacido en 1904 en Parral, Chile, con el nombre de Ricardo Eliecer Neftalí Reyes Basoalto, Neruda se sintió durante toda su vida profundamente enraizado en su tierra trasandina pese a haber llevado una existencia de viajero incansable. Su madre, Rosa Basoalto, murió de tuberculosis poco después de que el escritor llegase al mundo.
Entre sus obras que cualquier buen lector de poemas no debería dejar de leer se destacan: “Veinte poemas de amor y una canción desesperada”, “Cien sonetos de amor” “Estravagario”, “Canto general” y “Odas elementales”. También el autor chileno ganador del Nobel de Literatura en 1971, se lució con “España en el corazón”. Conocida era su militancia política y su senaduría por el comunismo, el último de los citados libros es una clara oposición al franquismo hispano, en una etapa que el escritor consideró como “devastadora para la moral de un pueblo sometido”.
Y lo interesante de su trayectoria y de sus intensos viajes fue su estadía en Córdoba. Existen mínimos pero precisos datos biográficos del paso de Pablo Neruda por el pueblo cordobés de Villa del Totoral. El poeta estuvo en numerosas ocasiones en Buenos Aires y en nuestra Patagonia; pero a mediados de los años ’50, sus temporadas de descanso en el pueblo cordobés produjeron, sin embargo, marcas literarias más destacadas que su paso por la ciudad turística neuquina de San Martín de los Andes en 1949.
El Premio Nobel de Literatura chileno, escribió ocho poemas en Villa del Totoral y es posible dar cuenta de ellos porque en su constitución hay datos que pueden relacionar el momento histórico y situacional del poeta, con vivencias cotidianas convertidas en poesía.
Allí permaneció un período de tiempo bastante amplio y de acuerdo a la versión de esos hechos narrados por Jaime Alazraqui “aquél fue un gran momento de su producción poética. La poesía de “Odas elementales”, y los tres volúmenes subsiguientes de odas, representa así un esfuerzo de claridad y un intento por convertir al poeta en el ‘cronista de su época”. “En las odas, el mundo interior cede a la irrupción de lo externo, asume el foco de un poeta - narrador que cuenta pequeñas historias de elementos y acontecimientos invisibles al ojo común”.
“Sólo estuve allí” declaró en una oportunidad el literato y “callé para que sólo hablasen mis versos”. Villa de Totoral está situada a ochenta kilómetros al norte de Córdoba, capital de la provincia del mismo nombre. Para llegar hasta allí, se debe seguir por la ruta nacional 9. En tiempos de Neruda, era un lugar con escasas moradas con unos ochocientos habitantes. Su economía se sigue sostiendo en el cultivo de la soja, el maíz y la producción ganadera. Está instalada sobre el antiguo Camino Real que comunicaba Buenos Aires con Lima.
Recostada sobre la estación terminal, por el Paseo de los Poetas y a casi cincuenta metros frente a la plaza de la ciudad, existe una escultura metálica en la que aparece junto a Rafael Alberti y al artista cordobés Octavio Pinto. Esta obra, se ubica cercana al Petite Café, fundado en diciembre de 1943, lugar del cual Neruda era cliente en aquellos tiempos.
Un nombre clave en la estadía de Neruda en Villa del Totoral es Rodolfo Aráoz Alfaro. Nacido en Tucumán en 1901, este abogado heredó de su padre Gregorio la estancia María Celina y una casona ubicada en avenida San Martín al 1500, en las afueras del pueblo. Secretario general del partido comunista para América Latina, se convierte en el anfitrión de muchos artistas e intelectuales de izquierda de aquel tiempo.
Don Pablo, en el prólogo del libro “Memorias de Araoz Alfaro”, reconoce esta amistad: “Aquí en Isla Negra o en casas de Buenos Aires y Totoral de Córdoba, anduvimos muchas veces juntos, como se verá, con el autor de este libro. Frente al Gran Océano o entre los matorrales argentinos, su presencia ha significado para mí una continua y estimulante alegría”.
Fue casi cuando expiraba el año 1955 que Neruda llegaba a esa localidad, que era apenas un pequeño caserío mencionado por él, en Oda a un cine de pueblo. El nombre de la localidad se debe a la existencia de totoras o cañas en los bañados y arroyos que lo circundan. Según palabras de una de las últimas directoras de cultura del lugar Adriana Arizaga:”Neruda se bajó de un tren en la localidad de Sarmiento, distante cinco kilómetros de Totoral, y fue en ese lugar donde lo esperaba en un carruaje el capataz de los Aráoz para trasladarlo a nuestro pueblo”.
La imagen del poeta chileno con su tradicional boina, tal vez haya sido la que recorrió a mediados del siglo pasado y en pleno silencio, las calles del pueblito del norte cordobés y todavía siga latente en cada esquina.