Las nuevas geografías como centro de enseñanza en el ámbito educativo.
Las ciencias sociales y las problemáticas actuales que modifican las geografías, motivo de estudio y de enseñanza
Por Rubén Omar Scollo
“A partir del conjunto de profundas transformaciones sociales, políticas, económicas y culturales del mundo contemporáneo ocurrido desde mediados de la década de 1970, se constituyen nuevos temas y objetos de indagación en el campo de las ciencias sociales, al mismo tiempo que se piensan nuevos problemas vinculados no sólo a las teorías del pensamiento social, sino también con la cotidianidad escolar en relación con las ciencias sociales”, asegura la docente de FLACSO Argentina Raquel Gurevich.
Todo lo relacionado a la historia, la geografía y las ciencias sociales por estos tiempos, ha ido tornándose en las problemáticas pedagógicas escolares en temas de debate,
“Una geografía de este tiempo se ocupará, entonces, de los paisajes del siglo XXI, es decir, se posicionará de cara a las nuevas localizaciones, las nuevas tecnologías, las relaciones entre el Estado y la sociedad, las sucesivas transformaciones de la naturaleza original, en un mundo cada vez más interrelacionado y fragmentado. Es por ello- prosigue la investigadora Gurevich- que confluyen los propósitos y el sentido de la enseñanza de la geografía, solidarios en los contenidos que se seleccionan para enseñar y en las intervenciones didácticas que se deciden adoptar. Una agenda renovada de la geografía puede colaborar, dada la amplitud temática, de discursos y experiencias que conlleva, en habilitar la comprensión tanto de tendencias generales del mundo actual como de rasgos específicos de un cierto lugar: una región, una ciudad, un distrito. Precisamente en esos recortes territoriales se amplificarán para que se presenten los territorios en la actualidad.
Esta posición connota el abandono de un escenario de postal, de acuerdos y relaciones inmutables, de datos naturalizantes (y no sólo porque se refieran a un hecho natural, como la temperatura media anual en un área determinada),sino y especialmente porque muchas veces esa mirada fija y atemporal se traslada a situaciones propias del mundo de la cultura y la sociedad. Una geografía social, entonces, estaría dispuesta y disponible para tomar los principales temas y problemas referidos a las nuevas configuraciones de las sociedades, los territorios y las culturas en la actualidad. Al mismo tiempo, tendría en la mira enriquecer los saberes y las experiencias del ámbito socio-cultural contemporáneo, a fin de que tanto los estudiantes como los docentes podamos contextualizar más reflexivamente nuestras prácticas cotidianas y específicas”- agrega Gurevich.
Atentos al contexto descripto, la construcción conllevaría la siguiente idea: Los paisajes en la actualidad, tanto urbanos como rurales, se hallan transfigurados por las fuerzas de la economía, la cultura y la política. Combinan rasgos étnicos, culturales e ideológicos de las comunidades de origen con los propios de otros grupos sociales y económicos. Esta combinación, a su vez, se encuentra traspasada por los vectores globales de la tecnología, las transferencias financieras y los flujos de mensajes e información que producen constantemente los medios de comunicación en todo el mundo.
Y de lo expresado pudiera desprenderse que la actuación en las aulas contemporáneas (por estos momentos dominados casi en su totalidad por la virtualidad) brindarían oportunidades de pensar estrategias pedagógicas educativas
Si se analizan los casos que ocurren en nuestra provincia con el cambio en las geografías, habría que centralizarse en las obras que modifican los entornos pero que a su vez, pudieran apuntar a un cierto avance de esas obras sobre el territorio antes distinto. En esos casos pudieran citarse a la evolución de autovías, carreteras, hasta la deforestación y la pérdida de un bosque nativo producto de incendios forestales muchas veces descontrolados tanto en Córdoba, en el resto de nuestro país y en el mundo.
“Los territorios contemporáneos condensan conjuntos muy variados de elementos y factores de distinta índole (de origen natural, social, político, económico, cultural, jurídico, tecnológico, étnico, religioso, entre otros). Precisamente la complejidad es un rasgo distintivo de las sociedades y los territorios en tiempos globales, pues se hallan constituidos e intervienen en ellos una multiplicidad de componentes entramados entre sí, heterogéneos y simultáneos. ¿Cómo no incluir, entonces, además de las referencias naturales estratégicas de cada uno de los territorios que se estén estudiando, los nuevos materiales (componentes electrónicos y ópticos, nuevas cerámicas, fibras y vidrios, construcción de autopistas, modificación de los bosques debido a la tala de árboles); los constantes procesos de modificación biotecnológica de plantas y animales; los flujos de bienes, servicios, personas, información y comunicación?”; prosigue preguntándose la docente investigadora.
“En el territorio pensado como proyecto compartido, como ámbito de intersección de experiencias colectivas, se conjugan un sinnúmero de dimensiones sociales, políticas, económicas, simbólicas, que es posible rastrear en el análisis de los paisajes de diferentes lugares y regiones del globo”, finaliza afirmando. Y lo expresado, se deberá tener en cuenta en colegios primarios, de enseñanza de nivel medio; en terciarios y universidades, no sólo para realizar una toma de conciencia de los cambios, sino, para que los estudiantes se interioricen en el mundo que viene.