El silbato de un tren fantasma y  una locomotora sepultada en el río
El silbato de un tren fantasma y  una locomotora sepultada en el río

El silbato de un tren fantasma y una locomotora sepultada en el río

Holmberg o Santa Catalina ; es el primer dilema que se presenta a la hora de mencionar a esta localidad pegada a la Ciudad de Río Cuarto recordada por las varones de la región que iban allí para su revisación médica , en realidad las dos denominaciones son correctas.

 Santa Catalina de Siena le dio el nombre a la localidad; sin embargo, esta localidad es más conocida por el nombre de su legendaria estación ferroviaria: Holmberg; que inaugurada el 20 de octubre de 1875, junto con el tramo ferroviario entre Río Cuarto y Villa Mercedes ( San Luis ). Se llamó así por el Coronel Eduardo Kaillitz, Barón de Holmberg ( 1778- 1853 ), de nacionalidad austriaca, quien colaboró estrechamente con Manuel Belgrano y José de San Martín desde su llegada a nuestro suelo en 1812.

Crónica de un accidente ferroviario

Pero la historia que vamos a contar hoy tiene que ver con el puente del ferrocarril sobre el río Santa Catalina y data del año 1939

El río que cruza por la localidad de Holmberg habitualmente es un curso de agua inocente con poca agua; pero como nace al pie de las sierras de Comechingones suele traer mucha agua cuando las lluvias son abundantes en la zona se las serranías cordobesas; eso había pasado en la madrugada del lunes 4 de diciembre, los soldados del batallón militar estaban trabajando para evitar que la crecida del río afectara a los cuarteles cuando un fuerte golpe los sorprende; se había caído el puente de las vías del ferrocarril. El impacto era tan fuerte que a varios kilómetros se escuchó la explosión que muchos creyeron que era alguna práctica militar con explosivos.

Los hombres del ejército salieron raudamente a ver qué había pasado y se dirigieron de inmediato a la estación de ferrocarril para avisar porque sabían que en ese horario solía pasar el tren que iba desde Río Cuarto a Villa Mercedes San Luis.

Cuando los hombres llegaron a la estación, de inmediato el encargado vía telégrafo envía la novedad a la estación de Río Cuarto; pero lo inevitable había sucedido, el tren había partido minutos antes de la estación, solo 12 Km lo separaban del puente caído.

Activan algunas señales sobre las vías, ubicadas en la playa de transferencia de cargas;  pero evidentemente la señalización no llegó a tiempo y la locomotora con tres empleados a bordo y sus vagones seguían viaje.

Como el puente para automóviles no se había caído desde la estación de Holmberg sale un auto que cruza el puente e intentan cambiar el sentido de las vías pero no llegan a tiempo, se paran sobre las vías haciendo señales con faroles, pero desde el tren no entienden que pasaba y responden accionando el silbato para despejar la vía. Los soldados hacen disparos de fusiles al aire pero los maquinistas no comprenden y pasa lo inevitable.

La locomotora quedó sepultada en el lecho de arena, por los impactos sucesivos de diecisiete vagones de carga que se le vinieron encima.

El cuerpo del jefe del tren  Claudio Harrán, fue encontrado cuando bajó el nivel del agua agarrado fuertemente a un barrilito vacío, estaban sus restos en un recodo del río y dicen los testigos que su reloj de bolsillo quedó parado a la hora del accidente 5:17 de la mañana. Mario Tempertini era  el maquinista y Juan Gómez el foguista; sus cuerpos fueron hallados sin vida unos kilómetros más adelante .

La más curiosa historia fue la muerte del jefe del tren, Claudio Harrán, no estaba asignado a ese viaje, el accidente fue un lunes, el viernes lo llamaron en su casa de Villa Mercedes para que viajara a Río Cuarto ya que su colega Antonio Imperia asignado a ese viaje no había arribado al tren que partía a Río Cuarto donde debía hacerse cargo de la locomotora en Río Cuarto. Cuenta la crónica que Imperia llegó unos minutos más tarde a Mercedes y se enojó con sus colegas que no lo habían esperado, nunca se imaginó que ese contratiempo le salvó la vida y lo condenó a la muerte a Harrán.

Al caer la Locomotora se produjo un hueco con un perímetro de 100m, y que actualmente se encuentra enterrada lindante al muro del nuevo puente, sector sur a unos 7 metros de profundidad

Algunos días después, la empresa ferroviaria Central Argentino emprendió los trabajos de despejar el río para reconstruir el puente. Los vagones fueron retirados desguazándolos en el lugar, pero la Locomotora, de la que apenas asomaba la chimenea en la superficie de arena, quedó allí para siempre. Era demasiado pesada para una grúa que por otro lado no tenía base de posicionamiento al faltar el puente sobre talud.  Además la Locomotora era seguramente inservible para su reparación por lo que quedó a consolidar el lecho bajo del puente .

Entonces deducimos que el mito urbano de que una locomotora está sepultada bajo el puente de Holmberg cerca de la imponente casa y del hotel municipal es verdad.

El fantasma del tren

Con el paso de los años, se tejieron muchas leyendas urbanas . Muchos creen aun hoy que en la cabina de la Locomotora quedaron enterrados los maquinistas. Otros aseguran que en las noches de tormenta se oye el silbato de un tren a vapor cerca del arroyo. Otros en fin, dicen que también quedó un vagón de carga en el que viajaban vagabundos que aun estarían allí.

También sería verdad  de que 6 linyeras se encuentran sepultados en uno de los vagones que no sacaron, la historia la contó  uno de ellos pudo salvarse ya  que no se subió al tren.

Quizás sea mentira que se escucha el silbato del tren fantasma en las noches de Holmberg, quizás sea sólo un mito urbano; pero usted se anima a caminar bajo del puente en una oscura noche de invierno sin luna????.

Fuente de Información: Página web “Seguros en Río Cuarto”; Página Web “Espacio Latino” (Eduardo Tyrrell ), Diario Puntal (Oscar Bertolla), y dichos de vecinos de Holmberg

Foto 2 Foto de los vagones en el lecho del río (Familia Revelli)