Chazarreta, el Padre del Folclore Argentino
Un día como hoy 29 de mayo pero de 1876, nace en la provincia de Santiago del Estero el músico e investigador Andrés Avelino Chazarreta.
A pesar de que su historia no es muy conocida, es considerado el "Patriarca del Folklore Argentino" y una de las figuras más importante para la música popular argentina.
En conmemoración de su natalicio, en el año 2011 se instituyó el 29 de mayo como "Día Nacional del Folklorista Argentino", mediante la ley nacional Nº 26.665 promovida por la senadora nacional por el Frente para la Victoria de Santioago del Estero, Ana Corradi de Beltrán.
Vida y Obra
Tras recibir educación en escuelas provinciales, ingresó a la Escuela Normal, donde se graduó de maestro en 1896. Desde ese momento y por 27 años ininterrumpidos ejerció la docencia: fue profesor del Internado Muñoz, y director de las escuelas de San Francisco, La Merced y Círculo Católico de Obreros. Fue una persona con un gran don para el manejo de instrumentos musicales ya que desde los 15 años, tocaba de oído guitarra, mandolín, violín, piano y bandurria. Cultivó esa condición en forma autodidacta, salvo las breves lecciones de solfeo que recibió allá por 1898, de Octavio Esteban.
Desde 1901 se dedicó a la enseñanza de la guitarra y el mandolín, formando varias generaciones de folkloristas. En 1905, inició una tarea de recopilación con la “Zamba de Vargas”, la cual continuó por más de cincuenta años. No sólo fue de los primeros en emprender una tarea de recopilación del cancionero popular, en tiempos en que una nación se estaba fundando y necesitaba sentar las bases que definirían su rumbo. Fue, además, el primero en crear y sostener su propia compañía de música y danza, llevando el género a la categoría de espectáculo y a ámbitos que hasta entonces le estaban vedados, como los teatros de las ciudades. Algo así como el primer empresario del folklore, dicho en términos más llanos que los de la ampulosa historiografía del género, esa que lo recuerda como “el patriarca del folklore”.
Formó hacia 1906 el Conjunto de Arte Nativo, compuesto por 30 personas, entre ejecutantes y bailarines. Con ellos recorrió primero el noroeste argentino, y luego debutó el 16 de marzo de 1921 en el Teatro Politeama de Buenos Aires, en una representación considerada histórica, porque señaló la primera difusión de carácter nacional de la música folclórica argentina.
A él se le deben la identificación de gran parte de los estilos musicales folclóricos de Argentina, entre ellos: El cuando, el escondido, el pala pala, el marote, el llanto, el prado, el palito, el triunfo, la arunguita, la firmeza, la condición, entre otras.
Entre las crónicas de la época aparece la imagen de una parte del público levantándose y abandonando el teatro espantado. Sin embargo, Ricardo Rojas publicó en el diario La Nación bajo el título “El coro de las selvas y las montañas”, una entusiasta crítica que ensalzaba la presentación como “un trozo de la vida del interior trasplantada a la ciudad cosmopolita”. Desde el precepto de la época, se lo criticaba por mostrar hombres y mujeres descalzos en escena y hasta por mostrar ancianos. Esos mismos intentos ya habían sido resistidos en presentaciones previas, en teatros de Tucumán y en su Santiago del Estero natal, donde en 1911 le había sido negado el Teatro 25 de Mayo contestando a su pedido que estaba destinado “únicamente a compañías de primer orden”. Hasta entonces, el orden de la música folklórica, que no era el primero, sólo podía ser mostrado como espectáculo en contextos como el del circo. Ricardo Rojas, junto a otros intelectuales de su generación, opinaba que la promoción del folklore servía para una floreciente argentinidad, rescatando los valores del gaucho y de las “artes olvidadas”, en el mismo proceso en que se combatía una extranjería cuya llegada al país, al fin y al cabo, no había arrojado los resultados esperados.
Chazarreta llegó a registrar 395 piezas musicales en Sadaic (Sociedad Argentina de Autores y Compositores), entre obras de su autoría y recopilaciones. La más famosa, por lo difundida y por el litigio judicial que no se resolvió del todo hasta 1982, fue sin dudas la zamba “La López Pereira”. Chazarreta la recopiló como zamba salteña, y la publicó en 1921, en su segundo álbum musical para piano, cuando aún no había sido creado Sadaic y, por lo tanto, no existían los derechos de autor. Años más tarde, el salteño Artidoro Creceri inició un juicio que falló a su favor y le devolvió los derechos sobre su obra.
De todas maneras, el gran mérito del santiagueño fue el de cerrar el círculo como investigador: recopiló los temas populares, es decir, de autor anónimo, procesó ese trabajo, hizo puestas en escena y lo transmitió con un método, lo enseñó y difundió a través de su compañía o del Instituto de Folklore que llevó su nombre y llegó a tener 72 sucursales en todo el país.
Andrés Chazarreta falleció el 24 de abril de 1960 en la provincia que lo vio nacer, Santiago del Estero.
Compartimos una de sus creaciones.