
Pumas 7s a garra y corazón
Vancouver le viene siempre bien a Los Pumas 7’s.
La crónica diría: “El seleccionado argentino de rugby volvió a consagrarse campeón del Seven de esa ciudad de la costa oeste canadiense, tal como había hecho en 2022 y en 2023. Fue implacable el equipo nacional en la final sobre Nueva Zelanda, al que derrotaron por 36-12 para ganar la tercera de las cuatro etapas disputadas en el circuito mundial de la especialidad”.
“Los All Blacks o los chicos de negro ganaban 12-0 con tries de Webber y Rush más la conversión de Akuila Rokolisoa en tres minutos. Se necesitaba otra marca de fuego y Argentina volvió a darla. Porque Marcos Moneta apoyó un try y Tobías Wade sumó la conversión, y justo antes de la bocina anotó Luciano González el segundo try.
El complemento fue todo de Los Pumas por un ataque demoledor y por una defensa que a puro tackle impidió que los neozelandeses apoyaran en el ingoal celeste y blanco”.
Pero… ¡no!... Saliendo de los moldes de las crónicas valen las opiniones. Y es porque el 36 a 12 con el que Los Pumas 7s vencieron a Nueva Zelanda en la final del Seven de Vancouver, Canadá, fue no sólo un resultado más que positivo, fue “alcanzar casi el cielo rugbístico”. Porque detrás de esa súpervictoria hay una etapa previa del torneo donde se le ganó sucesivamente a Canadá, España, Fiji, Samoa y a los Estados Unidos.
Los maestros de la ovalada
Pero antes también, hay un proceso de juego y situaciones positivas que le permitieron a Los Pumas Seven, hilvanar su tercer oro. Cuatro finales en cuatro etapas; una de plata y tres medallas doradas galardonan a un equipo que tiene en esencia a un entrenador como Santiago Gómez Cora y a toda una troupe de jugadores que saben qué hacer dentro de una cancha de rugby.
Cuando no es el mendocino Isgró (el mejor del mundo en la especialidad), es Marcos Moneta, Matteo Grazziano u Osadzcuk. Cuando no es Tobías Wade o Mare es González o los cordobeses Gastón Revol (el interminable) o Germán Shultz. En definitiva, estos chicos de celeste y blanco, ponen en valor una simbiosis entre perfecta preparación física y mental; combinados con tenacidad, esfuerzo y disciplina. Y todo eso no es poco, no es poco para el deporte argentino.
Sumado al rugby de quince que obtuvo un meritorio cuarto puesto en el pasado mundial francés; los jugadores del Seven se encaminan a dar muestras en un futuro cercano a lo más grande. Se encaminan, a ser considerados “los mejores del mundo en la actualidad”…y esa definición no presenta duda alguna. ¡Felicitaciones campeones!