Investigadores argentinos y una teoría sobre la llegada de los Incas al país
Investigadores argentinos y una teoría sobre la llegada de los Incas al país
Investigadores argentinos y una teoría sobre la llegada de los Incas al país

Investigadores argentinos y una teoría sobre la llegada de los Incas al país

Por Rubén Omar Scollo

 

 De acuerdo a investigaciones que vienen llevando científicos del CONICET los Incas habrían llegado a la Argentina alrededor de 1425. Los mismos comprobaron que ingresaron por Jujuy y avanzaron hasta Mendoza. ¿Qué resistencia encontraron?... fue la pregunta que se había hecho, Pablo Ochoa, investigador del Instituto Interdisciplinario Tilcara, dependiente  de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA.

“En nuestro norte  existían poblaciones más grandes y si bien no existen claras evidencias, lo más probable es que no les hayan abierto los brazos a los Incas”, aseguró el científico Alejandro García (CONICET- Centro de la Geósfera). Pero tampoco es una cuestión sellada. “En la Quebrada de Humahuaca hay muchos pucarás, y la mayoría no han sido fechados. Pero no sabemos si esos conflictos son por la llegada de los nuevos habitantes”.

El análisis de 176 dataciones procedentes de los 76 sitios, desde Cerro Colorado en el límite jujeño con Bolivia hasta el Alero Ernesto, en el centro sur de Mendoza, reveló que solo el 16% de los datos tenían el máximo nivel de confianza (la mayoría de ellos, procedentes de Jujuy). El 20% tenía una calidad intermedia y el resto, baja. “En muchos casos, no se consignaba si el material datado era, por ejemplo, un hueso o un fragmento de madera”, sentenció Ochoa. El imperio Inca, el más extenso y mítico de la América precolombina, solo extendió su frontera sur sobre el actual territorio argentino en un breve lapso de 50 años desde el inicio del siglo XV, en una expansión que comenzó en Jujuy y terminó en Mendoza.

Estos avances terminan ciertamente con el “dogma” propuesto hace casi 80 años por el arqueólogo y antropólogo estadounidense John Howland Rowe (1918-2004), quien afirmaba que los Incas habían entrado por la provincia de Jujuy hacia 1471 durante el reinado de Túpac Yupanqui, el décimo soberano del Imperio, considerado como una especie de Alejandro Magno del Nuevo Mundo. Aunque, haciendo un análisis global de la información, los investigadores reconstruyeron lo que consideran la cronología más probable de la expansión incaica en Argentina según los datos disponibles, tomando en cuenta los promedios de las dataciones para cada zona. Y también especularon en el trabajo sobre las causas que explican el lento avance incaico desde que pusieron un pie en Jujuy. El avance de los Incas habría culminado de manera más tardía en Mendoza y San Juan, aunque en este último caso quizás entrando desde Chile, que por esa época ya tenía varias décadas de ocupación.

El trabajo de toda esta instancia científica fue publicado en Antípoda. Revista de Antropología y Arqueología y utilizó una metodología novedosa: revisó todos los registros publicados de dataciones con radiocarbono en sitios arqueológicos atribuidos a los Incas en territorio argentino y clasificó las fechas determinadas según la cantidad y calidad de la información contextual. Algo así como un rompecabezas donde se examinó críticamente el origen de cada pieza. “Otro de los investigadores, Reinaldo Moralejo, integrante del CONICET en la División Arqueología del Museo de La Plata, que depende de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), sostuvo que no hay claros indicios de un conflicto bélico entre los incas y los grupos locales, sino que hubo más bien negociaciones intensas, incluyendo ejemplos de dominación a través de la violencia simbólica, como puede ser la remoción de tumbas para construir un sitio.

“Los Incas eran muy estratégicos. Sabían que no era muy conveniente ir a la confrontación directa con tantos grupos. Por eso su expansión fue progresiva, de a poco, mediante negociaciones y alianzas y el avance de grupos reducidos que se iban instalando y movilizando gente”, finalizó  Moralejo.