La última noche que apareció la llorona en Ballesteros

La última noche que apareció la llorona en Ballesteros

A lo largo de la República Argentina se cuenta la historia de la llorona; en algunas Provincias de boca en boca se difundió  esta leyenda cuenta la historia de una mujer que ahogó  a sus hijos y los mató dicen que su espíritu ronda por los pueblos, se la puede escuchar gritando, llorando y llamando a sus hijos.

En otras provincias simplemente se dice que la joven mujer vio morir a sus hijos, cada Ciudad habla de diferentes circunstancias, y que por ello sale cada noche a llorar por las calles.

Se dice que la llorona es una mujer alta y estilizada cuyo atuendo es de color blanco, aunque no es posible distinguir sus rasgos faciales. Los relatos populares, la describen también como una mujer sin pies, en efecto, parece desplazarse por el piso sin rozarlo. Se la llama 'la llorona' porque sus gemidos son tan insistentes que hasta enloquece a los perros, mientras deambula por las noches ,sobre todo cuando es noche de luna llena . La mayoría de los relatos, la consideran señal de malos presagios, un indicador de mal agüero: puede acercarse para enfermar a las personas, empeorar a los enfermos o traer desgracias a los seres queridos. En otros relatos, 'la llorona' se presenta como un ser inofensivo que necesita consuelo y ayuda, despertando piedad en la gente que, cuando se acerca a consolarla, les roba todas sus pertenencias.

En las Ciudades de Villa María y Villa Nueva tanto se difundió en los últimos años la historia de la llorona que hasta le pusieron nombre y apellido y hasta la fecha y circunstancias en la cual murieron sus niños. Y hasta un video de dudosa procedencia circula por las redes sociales con “la llorona”.

Tras la publicación en la página web “Región del Maní” sobre la historia de la llorona en Villa María y Villa Nueva, nos dejó un mensaje Cristian un vecino de la localidad de Ballesteros Norte , donde se narra la noche de la última aparición de la llorona en dicha localidad.

En una fecha no precisada, pero que sería en los comienzos de la década de los 2000, la tranquilidad de las noches de Ballesteros se vieron alteradas por los desgarradores llantos humanos, aparentemente de una mujer que de inmediato los vecinos relacionaron con la leyenda argentina de “La llorona”.

Mientras el pueblo desbordaba en comentarios sobre los llantos tristes de las noches, empezó a suceder algo más paranormal aún, en los lugares más oscuros y solitarios de la localidad algunos vecinos vieron una mujer ataviada con ropas blancas que caminaba lentamente como si el tiempo no pasara para ella.

Mientras las señoras más religiosas rezaban por el alma de la pobre mujer y quienes creían en los fenómenos paranormales llenaban las tertulias de Ballesteros de comentarios sobre las lloronas de cada Provincia de Argentina; los más corajudos e incrédulos se empezaron a reunir ya que quería saber la verdad de los hechos.

Según cuenta la historia un grupo de cinco o seis jóvenes se escondieron cerca de un descampado donde solía verse caminar triste a “la llorona”; cuando escucharon los desgarradores llantos abrieron bien los ojos, tal vez alguno tuvo algo de miedo pero las ganas de saber la verdad eran más fuertes.

De pronto sucedió lo que estaban esperando, vestida de blanco, de caminar lento apareció la imagen femenina, aunque vista de cerca parecía más masculina su silueta.

El más corajudo del grupo se aproximó y tomó la sábana blanca que hacía de vestido, le pegó un fuerte tirón y ante el asombro del grupo descubrieron que la llorona no era mujer era un “llorón”, un conocido vecinos del pueblo que se divertía asustando a los crédulos.

Dice a historia contada de boca en boca que la paliza que recibió “el fantasma” esa noche fue tan importante que nunca más asustó a nadie y hasta se dice que por mucho tiempo estaba aterrado de salir de su casa en las noches oscuras.

Tal vez la llorona sea un mito en todos lados, tal vez la triste mujer no exista… Pero usted se anima a acercarse a una jovencita que llora en solitario en una noche.

Imagen meramente ilustrativa, no corresponde al relato.