Curioso descubrimiento relaciona a la pizza con las sensaciones del ser humano
Investigadores de la Universidad de East Anglia en Norwich, Inglaterra, realizaron un análisis biométrico y descubrieron que oler una pizza recién horneada alivia el estrés, la ansiedad y los nervios. El estudio fue realizado por el profesor Oli Buckley en colaboración con el Chicago Town, que, en preparación para la Eurocopa 2024, tenía curiosidad por saber si el aroma de una pizza recién horneada podía disminuir la ansiedad antes y durante la visualización de un partido de fútbol.
El comentarista Theo Baker fue conectado a una máquina mientras el profesor controlaba su presión sanguínea, frecuencia cardiaca y respuesta galvánica de la piel (GSR). Las lecturas se tomaron tanto antes del partido como durante algunos de los momentos de mayor tensión nerviosa del fútbol, mientras Baker respiraba el delicioso olor de la pizza de pollo relleno con sal y pimienta Takeaway Weekender de Chicago Town.
La investigación demostró que, cuando estaba cerca de la pizza, Theo mostraba menos signos de nerviosismo antes del partido. Los datos indicaban incluso que la pizza tenía un efecto calmante sobre él. Según Nottingham Post, el profesor Buckley declaró:
La evaluación de las reacciones de Theo en las dos condiciones, una sin la pizza y otra con pizza, demostró con los datos combinados que cocinar y comer pizza congelada tiene un notable efecto calmante.
A continuación, OnePoll llevó a cabo una encuesta para conocer las reacciones de otras personas al oler cómo se horneaba la pizza. Los resultados fueron los siguientes:
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el 42% afirma que el olor le reconforta
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el 28% afirma que mejora su estado de ánimo
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el 17% afirma que le llena de excitación y expectación.
Cookist escribe que uno de los principales factores detrás de la capacidad de la pizza para mejorar nuestro estado de ánimo es la serotonina, la «hormona de la felicidad» que regula el estado de ánimo, el sueño y el apetito. El triptófano, un aminoácido esencial, se encuentra en muchos ingredientes de la pizza, como el queso, la carne y la salsa de tomate. Y cuando el triptófano llega al cerebro se convierte en serotonina, lo que contribuye a aumentar la sensación de relajación y bienestar.
Además, los hidratos de carbono (por ejemplo, la masa de la pizza) ayudan al cuerpo a absorber el triptófano de forma más eficaz, lo que aumenta aún más los niveles de serotonina. Si a todo esto le unimos la dopamina, la «sustancia química de recompensa» del cerebro que se libera cuando comemos algo placentero, tenemos una ciencia sólida que respalda positivamente esta deliciosa combinación de carbohidratos, queso y proteínas.
Fuente: SecretNYC