Una isla que apareció y desapareció es investigada por científicos

Una isla que apareció y desapareció es investigada por científicos

Formas de vida no conocidas en una isla que surgió de la nada

R.O.S

La isla emergió de la nada con formas de vida nunca antes vista, para luego volver a desaparecer. Los investigadores tuvieron la rara y única oportunidad de aprender cómo empiezan los ecosistemas antes de que aparezcan plantas o animales.

En el Pacífico Sur, un volcán que se encontraba sumergido entró en erupción en 2015, la fuerza del fenómeno natural creó la nueva isla de Hunga Tonga Hunga Ha’apai (Hunga Tonga). Pero no solo eso: su surgimiento también creó una oportunidad sin precedentes no solo para geólogos y vulcanólogos, sino también para biólogos y ecólogos.

Sin embargo, la isla estaba destinada a una corta vida de tan solo siete años, después ser destruida por otra erupción a principios de 2022; la mayor erupción explosiva del siglo XXI.

No obstante, un equipo de científicos dirigido por CU Boulder y CIRES, aprovechó la rara oportunidad de estudiar los primeros colonizadores microbianos de la masa de tierra recién formada y aprender cómo empiezan los ecosistemas antes de que aparezcan plantas o animales.

Las imágenes de satélite combinadas muestran la isla Hunga Ha apai de Tonga el 11 de abril de 2021 L y el 17 de enero de 2022. Para su sorpresa, los investigadores descubrieron una comunidad microbiana única que metaboliza el azufre y los gases atmosféricos, similar a los organismos que se encuentran en los respiraderos de aguas profundas o aguas termales, según un comunicado de la Universidad de Colorado.

“No vimos lo que esperábamos”, afirma el ecólogo microbiano Nick Dragone, de la Universidad de Colorado, y autor principal del estudio publicado en mBio.“Pensábamos que veríamos organismos que se encuentran cuando un glaciar retrocede, o cianobacterias, especies colonizadoras tempranas más típicas, pero en lugar de eso encontramos un grupo único de bacterias que metabolizan azufre y gases atmosféricos”, agregó.

Pero por otra parte, la posibilidad única de estudiar una isla completamente nueva proporcionó a Dragone y sus colegas un «laboratorio natural sin parangón», por lo que tomaron muestras de suelo que luego analizaron mediante secuenciación de ADN.

“Este tipo de erupciones volcánicas ocurren en todo el mundo, pero no suelen producir islas. Teníamos una oportunidad increíblemente única”, afirmó Dragone. Aunque plantas colonizaron la isla con bastante rapidez tras su formación, probablemente gracias a las semillas presentes en los excrementos de las aves, los investigadores centraron sus esfuerzos de recolección en las superficies sin vegetación, donde encontraron bacterias y arqueas en todas sus muestras del cono del volcán. Y los investigadores sospechan que estos microbios –que no proceden del agua del océano o de excrementos de aves– podrían proceder del subsuelo.

Una de las razones por las que creemos que vemos estos microbios únicos es por las propiedades asociadas a las erupciones volcánicas: mucho azufre y gas sulfhídrico, que probablemente alimentan los taxones únicos que encontramos

“Los microbios eran muy similares a los que se encuentran en respiraderos hidrotermales, fuentes termales como Yellowstone y otros sistemas volcánicos. Nuestra mejor suposición es que los microbios procedían de ese tipo de fuentes”, finalizó el jefe de investigación. Agradecimiento -Fuente: DW/Felipe Espinosa