Un hallazgo de hace una década, que sugiere una nueva especie humana
Un hallazgo de hace una década, que sugiere una nueva especie humana

Un hallazgo de hace una década, que sugiere una nueva especie humana

 

Por Rubén Omar Scollo

 

Los años siguen pasando en el mundo, las situaciones socioeconómicas van adquiriendo características diferenciadas en todos los continentes, con una marcada disimilitud de acuerdo  a cada una de las regiones. Lo cierto es que en el plano de la antropología surgen a menudo descubrimientos que hacen  repensar ciertas situaciones del pasado.

Y es así que desde hace varios años, esta ciencia en base a sus investigadores de todas las latitudes, ha posado su mirada en el continente asiático para dilucidar la forma en que se produjo el poblamiento de esa región del globo. No es novedad que por esos sitios actualmente la cantidad de habitantes se han multiplicado de tal forma que ya son más de la mitad de la población mundial.

Yendo hacia un pretérito bastante distante a estos días, y ya en el final de la Edad del Hielo, en Asia, convivieron la gente de la Cueva del Ciervo Rojo en el oriente de ese continente; es decir el Homo Floresiensis(también denominado “Hobbit”) en la isla de Flores (hoy Indonesia) y los humanos modernos que estaban absolutamente dispersos, en el sector noreste de Asia.

El hallazgo hace más de una década en China de restos de al menos cuatro individuos, luego de estudios pormenorizados dejó una serie de presunciones que luego fueron determinantes. La reconstrucción de esos seres del pasado dio un tipo de hombre fusión de rasgos arcaicos con modernos. Se presupone de acuerdo a lo  analizado por los investigadores que habrían convivido (con el hombre moderno), hace unos once mil quinientos años antes del presente (AP).

Según lo expresado por los científicos hace ya dos lustros, se trataría de una nueva especie humana cruza entre dos especies, o tal vez de humanos modernos con facciones muy diferenciadas quizá por el aislamiento.

 Ese descubrimiento fue publicado en su momento en la revista Plos One. Y se cree, que pudieron haber convivido con el hombre (del cual desciende el actual), unos 14.550 a 11.500 años, época en la que habían empezado a instalarse las primeras comunidades dedicadas a la agricultura. El jefe de dichas investigaciones, perteneciente a la Universidad de Nueva Gales del Sur, profesor Darren Curnoe, en su momento fue cauto y demasiado medido en sus declaraciones a la prensa. “Esos restos  de dientes, extremidades y cráneos hallados en la citada cueva, recién comenzaron a ser investigados hace unos 13 años”. Por último  el científico se encargó de aclarar que “existían algunas dudas que ese descubrimiento pudiera responder a una migración temprana de los hombres modernos, fuera de África”.

De esa forma, quienes hayan estado en ese proceso migratorio seguramente hayan contribuido genéticamente a la gente que vive en ese rincón del planeta. Siempre es interesante la antropología, siempre es atrapante, ya que como lo indicara el cientista Binford “existen registros arqueológicos (y supuestamente antropológicos) que son hallados, hasta cuando se construye una carretera”. Y más aún, cuando se investiga profundamente determinadas zonas de los distintos continentes, pero haciendo foco más en África y Asia. La mayor cantidad de datos de esta nota son gracias a la colaboración de National Geographic, Cave Fossil Find: New Human Species or “Nothing Extraordinary”