Historias de ídolos del fútbol cordobés
Historias de ídolos del fútbol cordobés

Historias de ídolos del fútbol cordobés

Nacido como Mario Alberto Kempes Chiodi en Bell Ville un 15 de julio de 1954, Mario además de haber sido futbolista (y de los mejores del mundo) es exentrenador y comentarista argentino. Jugaba en la posición de delantero, y considerado como uno de los más sobresalientes futbolistas en la historia de su país. Su imponente talla (1.84) no le imposibilitaba una rara habilidad para eludir adversarios. Era elegante y lo había demostrado en River, en Rosario Central y en el Valencia español. Era un 9 de área que se destacaba por su zurda potente, facilidad para el gol, velocidad, coraje y destreza. Siempre estaba un segundo más adelantado en el tiempo que el resto de los jugadores, su capacidad de reacción era increíble, la cual, acompañada de unas condiciones físicas excelentes, y un disparo envidiable, lo hacían un delantero muy completo. También era poseedor de un cabezazo letal.

Maradona. Messi, Kempes, Dibu, la Albiceleste siempre dio ídolos

Kempes fue el conductor de la selección Argentina que ganó por primera vez la Copa del Mundo en un mundial cuestionado pero bien obtenido, siendo el máximo goleador y mejor jugador del campeonato. Ese mismo año sería considerado como el mejor jugador del mundo al ser simultáneamente premiado como el mejor futbolista sudamericano del mundo por el diario El Mundo y como el mejor jugador de Europa al recibir el Once de Oro.

Mario es considerado, junto con Alfredo Di Stéfano, Diego Armando Maradona y Lionel Messi, como uno de los grandes jugadores de la historia nacidos en Argentina. Es miembro del Hall of Fame del Valencia C. F.; disputó siete temporadas en el club y en dos de ellas se llevó el Trofeo Pichichi de la Primera División de España, donde triunfó y es considerado uno de los mejores jugadores de la historia de la competición, siendo elegido por la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol (IFFHS) como el 6° mejor jugador argentino del siglo XX.

Actualmente es comentarista deportivo para la cadena ESPN. Desde 2012 es, junto con su compañero de radio Fernando Palomo, uno de los narradores de la edición latinoamericana de la saga de videojuegos FIFA de EA Sports, participando en muchas entregas anteriores.

Sus comienzos fueron en las inferiores de Talleres de Bell Ville. Mientras asistía a la escuela, Mario trabajaba en una carpintería. Cuando llegó a Alta Córdoba, se reunió junto con otros futbolistas que también esperaban ser evaluados. El técnico albirrojo era Armando Rodríguez, quien reunió al grupo y pidió a cada uno que se identificara con nombre y procedencia.

En Valencia, el Matador. El mejor homenaje: emblema cordobés, un estadio de los mejores

Con su llegada a Instituto, el equipo volvió a ser campeón de la Liga Cordobesa después de seis años y logró el objetivo de clasificar al Nacional 1973. Allí, Kempes integró una de las mejores delanteras de la historia del fútbol cordobés junto a José Luis Saldaño, Osvaldo Ardiles, Alberto Beltrán y José Luis Ceballos. Mario fue goleador de la Gloria (por su juventud la hinchada lo apodaba el Superpibe) en todos los certámenes que disputó y le hizo goles a todos los rivales que enfrentó, sin excepción de camisetas: hizo un total de 78 goles en 81 partidos (en la Liga Cordobesa).

Su debut en Primera División fue contra Newell's Old Boys de Rosario (0-1), el 5 de octubre de 1973. Cuatro días más tarde consiguió su primer gol en primera, se lo anotó a River Plate a pocos minutos de iniciado el encuentro. Ese partido se jugó un viernes por la noche para la televisión y permitió a Mario cobrar trascendencia nacional. Finalizó el torneo en el tercer puesto de la tabla de goleadores. Aún en 1973, fue llamado para defender los colores de la selección argentina en el Torneo Juvenil de Cannes, e hizo 4 goles en 3 partidos. Ese año debutó con la selección mayor en un partido frente a Bolivia por las Eliminatorias.

En el año 1974 Rosario Central lo compró por 130 millones de pesos El entrenador Carlos Griguol lo hizo jugar sobre la izquierda del ataque; con el tiempo se vio un Kempes no solo goleador, sino también generador de fútbol, especialmente de local; como visitante, Central apostaba a un juego de contraataque, en el que Kempes era la referencia en ofensiva.

Sus siete años en Valencia

A mediados de 1976 el Valencia CF de la Primera División de España lo compra por 30 millones de pesetas (300.000 dólares), donde dejó plasmada su facilidad para el gol obteniendo el Trofeo Pichichi al máximo goleador de la Liga Española de fútbol en dos ocasiones (76-77 con 24 goles y 77-78 con 28). Es el único jugador en la historia de la Primera División de España en haber ganado el trofeo Pichichi en sus dos primeras temporadas consecutivas. Al medio de esto llegó el Mundial de fútbol de 1978 realizado en Argentina, donde Kempes fue campeón con su selección, goleador del torneo y máxima figura de la competición. Ese mismo año también se casó con María Vicenta Moll, una valenciana con quien tuvo sus tres primeros hijos. Obtuvo la Copa del Rey en 1979 al vencer en la final al Real Madrid por 2-0 consiguiendo él los dos goles, disputada en el Estadio Vicente Calderón.

Mario Kempes en su fugaz paso por River Plate.

Volvió a Argentina en marzo de 1981, al River Plate por 300 millones de pesetas. Con el club de Núñez, obtuvo el Campeonato Nacional de 1981, en donde Kempes anotó un decisivo gol en la final, jugada ante Ferro Carril Oeste.

Regresó al Valencia por un tema contractual y de falta de pagos, y su último partido fue contra el Real Murcia, jugó de titular y marcó un gol en el minuto 37. Después se marchó al Autocares Luz de Valencia, equipo de la liga de Fútbol sala, y tras unos meses al Hércules CF jugando 2 temporadas, en las cuales sus grandes goles sirvieron para la permanencia en la máxima categoría del fútbol español, y empezando así su periplo por equipos centroeuropeos de escaso nivel como First Vienna FC, Sankt Polten y Krems.

Con la selección Albiceleste se recuerda al Matador, cuando venció la resistencia del arquero Jan Jongbloed por primera vez en la final. Esa final de 1978 que le daría a la Argentina el primer título del mundo después de aquella malograda caída en el Mundial de Uruguay donde se logró el subcampeonato. Y Argentina gracias a la prestancia y la garra de Kempes, Ardiles, Luque, Bertoni, Tarantini., Fillol, Villa, entre otros, había llegado a su meta: ¡Campeones del mundo!

Aquél que había surgido en Bell Ville (donde se conocía su amor por Boca desde pequeño), había tocado el cielo con sus manos y llevado a lo más alto a la celeste y blanca.