Los de Scaloni coparon el Maracaná
La Selección Argentina de Scaloni, copó el MARACANÁ, las ciudades nacionales y de muchas latitudes del mundo
El grito de “Messi campeón” se escuchó elevadísimo en cada rincón del país
Por Rubén Omar Scollo
Lo que fueron las calles aledañas a los estadios brasileños donde jugó Argentina, con lugareños enamorados de Messi y de la celeste y blanca; fue en verdad la antesala de lo que se produciría en el mítico Maracaná. Un estadio con toda la historia, con todas las luces de Garrincha, de Pelé y del propio Diego (quien se declaró varias veces rival pero admirador de los brasileños y de su fútbol). Algunos desde la faz de la Tierra; otros desde el cielo; ese cielo que se volvió más celeste y blanco en plena noche carioca.
El partido, disputado, trabado, táctico, con pierna fuerte, con alguna que otra jugada de Neymar. El encuentro fue una excusa para dejar 28 años de malaria, casi treinta años de “ser segundos” cuatro veces. Subcampeonatos que en otras naciones se hubiesen festejado, pero no, en el país de Kempes, Maradona, el “Charro” Moreno, Di Stéfano, Houseman, Ardiles y claro… ¡el de MESSI! Un pequeño genio que burló al pasado y fue el mejor jugador del torneo junto a su selección. ¡Si hasta Dibu Martínez fue consagrado como el mejor arquero de la Copa América! La selección se levó todo lo que estuvo a su alcance.
Vestuario de risas, de lágrimas, de Di María (el autor de un golazo) festejando con Kun Agüero, con “Papu” Gómez. Y un caballero brasileño como Neymar, saludando a su amigo del alma Lionel, abrazados los dos, uno llorando y el otro consolándolo. Luego junto a Paredes, los tres sentados y charlando como amigos del barrio; como amigos del buen fútbol y del deporte.
En las ciudades de la Argentina se festejó. En la Docta, en el Obelisco porteño (teñido de celeste y blanco), en Rosario, la ciudad del “Le petit enfant”. Porque Messi se transformó desde ese pequeño niño, en príncipe y luego en Rey. Claro, con la supervisión de Diego desde el cielo, un cielo eterno que ampara a los ídolos. Y Salta, Neuquén, Bariloche, Mar del Plata…Toda una Argentina amparada por el Olimpo griego y sus deidades, se engalanó con los colores patrios luego del 9 de julio.
Hoy por la mañana el predio de la AFA recibía a los campeones, con gente, hinchas, arremolinados en las cercanías de los artistas del triunfo. Gente cantando al paso del micro o los micros que trasladaban a los héroes actuales. Ya el partido era anécdota, ya el Maracanazo había quedado atrás, pero este logro número 15 en América que nos deposita junto a Uruguay como los más ganadores, seguramente deparará otros triunfos que estarán al caer. Y Argentina se rindió ante un ídolo resistido por algunos; y el país se disfrazó de arlequín en medio de un continente, un mundo que sufre por la pandemia. Pero que seguramente hasta ese virus atroz y despiadado, se habrá retirado por horas para no perjudicar los festejos.
“Messi sos lo más”… “Argentina…Argentina…que de la mano de Lio Messi todos la vuelta vamos a dar”… ¡Y sí, el reconocimiento algún día al pequeño genio le tenía que llegar!