La antítesis de acuerdo a la idiosincracia
Festejos distintos, festejos coherentes e incoherentes
Por Rubén O. Scollo
En Marruecos, país cuya selección ocupó el cuarto lugar en el reciente mundial de Qatar, los festejos fueron óptimos. La estimación de gente que se nucleó para homenajear a sus gladiadores del fútbol fue de 600 mil personas. Allí no existieron desbordes, estuvo todo súper organizado y se apeló a la coherencia.
En Francia sólo concurrieron a “las puertas” del Crillón, unas 14 mil personas, pocos por cierto. Algunos estaban indignados por el subcampeonato y en sectores ultra hasta quemaron la bandera argentina y pisotearon camisetas de nuestro Lionel Messi (la argentina y la del PSG). Pero Francia, siempre es Francia; París es cuna de las revoluciones europeas y hasta de la irreverencia del Viejo Continente.
En Pakistán, la India, Indonesia, Malasia y Bangladesh: también festejaron. Como ya se sabe, fue por nuestra selección. Más de un millón y medio de seres humanos disciplinados en motos, en caravana, portando banderas argentinas, vitorearon a la Albiceleste Campeona Mundial.
En Argentina, más exactamente en la problemática Buenos Aires, el caos no permitió la finalización de los festejos. Claro, fueron cuatro o cinco millones de almas gritando eufóricos. Un porcentaje mayoritario quiso simplemente asistir, pero los inadaptados que llegan del Gran Buenos Aires y se asocian a la marginalidad, todo lo pueden. Volvieron a romper y a pintar el Obelisco; volvieron a romper y a robar locales en las cercanías de esa zona emblemática. Semáforos destrozados, cabinas de metro-bus rotas, frentes de negocios pintados, violentados.
Ante ese panorama, los héroes nacionales no pudieron culminar su trayectoria. Regresaron al predio de Ezeiza “vía aérea”. Marruecos, Bangladesh, India: una cara. Argentina, la fachada de siempre; caos, indisciplina y descontrol. Hay mucho, mucho que aprender.(Agradecimiento de CódigoCba a N.A por las fotografías- la primera de ellas es Marruecos, la segunda:el obelisco destruído)
