La vida en pandemia: Los pueblos de Punilla atraviesan una compleja situación

La vida en pandemia: Los pueblos de Punilla atraviesan una compleja situación

Por Rubén Omar Scollo. Corresponsalía Valle de Punilla.

No sólo la pandemia ha afectado a todo el territorio de nuestro país, sino que al mundo entero. Hasta las potencias que manejan las economías más poderosas de Europa, Norteamérica (Canadá y los Estados Unidos) y del resto del mundo, están cayendo en las garras invisibles de un virus que limita las relaciones sociales, laborales, educativas. En Argentina, el conurbano bonaerense  pobre, está sucumbiendo  debido a los pocos recursos de sus habitantes. Lo mismo sucede con las provincias más complicadas. Los casos de Formosa (sumida en una problemática social generada por el gobierno provincial), Jujuy, Catamarca, Chaco, Santiago del Estero y Tucumán; donde las mismas padecen fuertes bajas en el mercado laboral, marca los ritmos del daño que ésta enfermedad viral está causando en nuestro entorno.

En Córdoba, tal vez no se note o  no se perciba en gran escala en la capital; pero sí su interior que depende del turismo, está   transitando la   crisis con mayor afectación. Si se realiza una comparativa con Traslasierra o Calamuchita, quizás, sus economías regionales  al no ser  tan sensibles, hagan de esta situación un  borrón y cuenta nueva mucho más rápidamente que el Valle de Punilla.

Desde Villa Carlos Paz (donde las funciones teatrales han sido acotadas en esta última temporada), hasta Cruz del Eje, la situación de las economías de ciudades y pueblos se han visto y se ven con una merma predecible en sus ingresos. Desde Villa Caeiro hasta La Cumbre, se ha dañado el nivel de vida de muchas familias. Sí es verdad, ante todo hay que preservar las vidas, ante todo los ciudadanos deben cuidarse de no contraer este virus desafiante. No obstante, la pata económica siempre acompaña todos los acontecimientos. Y tal vez en La Falda o Villa Giardino, se observan demasiados locales en “alquiler”; comercios que ya no están y han sucumbido ante la fatalidad que acosa al mundo.

La salida laboral para los que han quedado sin trabajo es “jugársela con alquileres cuantiosos en negocios y emprendimientos noveles”. Se ven  sobre la ruta 38 y las zonas céntricas innumerables verdulerías, casas de comida, negocios de ventas de todo tipo.

“Hace poco que estoy con esta pollería, pero también vendo hamburguesas de pescado y un poco de todo. Si me va mal, levantaré lo escaso  que tengo y será un negocio frustrado. Trataré de intentarlo nuevamente quizá en otro punto de la ciudad. Ahora…si nada llegase a funcionar, con mi pareja Sol, estamos pensando dejar el país. Hay muchos que se están yendo. Algunos, por lo que sé eligen Uruguay”. Lo expresado se desprendió de la boca de Francisco, un muchacho de  veintisiete años que hace sólo días, está con un nuevo emprendimiento.

Al lado de su local (que paga con mucho esfuerzo), existen sobre la ruta, tres más que se alquilan y otros que se venden. Punilla está subsistiendo y manteniéndose a flote con dignidad, ante una situación difícil y que según parecería “tiende a quedarse por un período no tan breve”, asegura Marina, empleada de un local de venta de ropa y zapatillas.

Pero  fue Francisco  quien comentó que “a pesar de todo tengo fe en que salgamos adelante, ¡¡¡Ahhh! Fíjate que en frente, el negocio de frutas y verduras ha cambiando de dueño. Ahora son dos chicas las que atienden el local, y lo están levantando!”.

Y recostada sobre el otro sector de la ruta, el que va hacia la capital provincial, Mariana tiene en su verdulería tentadoras ofertas; a su lado y en el mismo local, su amiga Celeste atiende algo así como una fiambrería  también con productos o mercaderías promocionales. “Creo que nos irá bien. Sólo hace una semana que estamos, pero tenemos confianza. Por ejemplo yo tengo buenos alimentos  a bajo precio”.

Y  es así, detrás de cada barbijo que se ve por las calles, en las colas de los bancos, en los bares donde parroquianos y unos pocos turistas beben algún café, la situación se sostiene con esfuerzo. El esfuerzo de Punilla, no es ajeno a lo que sucede en el resto de Córdoba o en todo el país.El empleo es lo primero que la gente desea conservar a partir de micro-emprendimientos o comercios colocados sin experiencia anterior.