
Fiestas clandestinas: La oposición pide espacios de esparcimiento
Con el fin de generar un ámbito de contención para los jóvenes y asegurar el cumplimiento de medidas de seguridad y sanitarias, el bloque de la minoría Vamos Villa María instó al Departamento Ejecutivo Municipal (DEM) a habilitar espacios para la realización de encuentros sociales de esparcimiento más allá de las 3 de la madrugada -incluyendo modalidades como locales bailables o salones de eventos-.
Los concejales de dicho bloque expresan en el proyecto que “por la pandemia, nuestra organización social y convivencia como comunidad se vieron reconfiguradas forzosamente. Desde el bloque de minoría intentamos desde un comienzo hacer nuestro aporte a tan difícil situación, buscando la manera de encontrar, en lo posible, un equilibrio entre las medidas dispuestas para contener la pandemia y la legalidad que implica respetar las libertades consagradas en nuestra Constitución Nacional, a la vez, un equilibrio entre las disposiciones de los gobiernos nacional y provincial y el ejercicio de la autonomía municipal, también buscamos un equilibrio entre las medidas de aislamiento y la supervivencia de actividades económicas que son el sustento de miles de vecinos”.
Según indicaron, el objetivo de la iniciativa es “poner de manifiesto y buscar soluciones acerca de un tema que urge a los villamarienses en la actualidad: las reuniones clandestinas en horarios nocturnos”.
“La realidad nos muestra que muchos jóvenes, tal vez motivados por una especie de relajamiento general de la población (que bien puede apreciarse en las aglomeraciones en playas de nuestra costanera los días no laborales) o tal vez ya muy desgastados de ver mermada su vida social (en una edad donde la amistad y las relaciones sociales juegan un papel fundamental en el desarrollo de la persona) han elegido volcarse a las reuniones clandestinas, ya sea en espacios privados o públicos”, manifestaron los ediles
Además remarcaron que “la realidad nos indica que no contamos con los medios necesarios para evitar estas aglomeraciones clandestinas cuando se desarrollan en lugares públicos y reúnen un importante número de concurrentes, y también se torna muy difícil controlar las que se hacen en lugares privados. Por otro lado, los ciudadanos pueden reunirse en comedores y bares hasta las 3, practicar deportes de contacto y en los hechos también disfrutar de espacios públicos sin medidas de distanciamiento estrictas en horarios diurnos, pero a partir de las 3 lo que fue permitido pasa a ser ilegal, como si el Covid-19 eligiera horarios para circular”.
“Los perjuicios de esta dinámica se manifiestan en tres direcciones: vecinos en general, trabajadores de la industria del entretenimiento y jóvenes. En primer lugar, las quejas de los vecinos que habitan cerca de los espacios públicos de la costanera son recurrentes, ya que las reuniones clandestinas allí alteran su tranquilidad con sus ruidos, afectan la limpieza de estos sectores, entorpecen el tránsito de calles aledañas con maniobras ilegales para evadir controles, y pueden desembocar en casos de violencia y delictivos por la ausencia de toda regulación”, señalaron los miembros de Vamos Villa María.
Acotan también que, los profesionales de la industria del entretenimiento ven cómo sus emprendimientos, su inversión y su sustento se van desvaneciendo cada día un poco más al no poder trabajar. "Es muy difícil explicarles que no pueden trabajar para contener la pandemia cuando el distanciamiento social en los hechos dejó de existir y las reuniones clandestinas proliferan sin que podamos evitarlo. Es difícil imaginar lo que sienten cuando ven imágenes de gente amontonada a la vera del río sin ninguna medida de protección”, remarcaron, y agregaron que “si el esfuerzo y sacrificio que se les requiere es superior al del resto, se genera una situación injusta”.
“Por último hay que considerar a los jóvenes y adolescentes que se vieron privados en muchos casos hasta de la socialización más básica que ofrece la escuela secundaria, y que pueden reunirse sin problemas a la luz del día o en bares hasta las 3, pero luego de esa hora ya no pueden compartir un momento con otras personas. Nuestros jóvenes se merecen poder disfrutar de su noche en un espacio seguro (evitando que se repitan situaciones trágicas como la agresión con arma de fuego perpetrada recientemente en Puerto Madero), regulado, al amparo de normas y protocolos creados al efecto y en lugares acondicionados para tal fin”, subrayaron.
Y concluyendo el proyecto, expresan que “las reuniones clandestinas existen, trascienden edades y estratos sociales y hoy son parte de la vida de los jóvenes en los fines de semana. Podemos negar la realidad o podemos legislar y hacer un esfuerzo por encausar estas actividades dentro de un marco de legalidad, en lugares preparados para recibir esta afluencia de gente y dirigidos por profesionales del rubro, donde pueda controlarse el cumplimiento de protocolos adecuados, pues sería más seguro que los jóvenes vivan sus reuniones nocturnas en un ámbito controlado, con medidas de seguridad y administrado por personas que se dedican a ello”.
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