Historia del Tarot: Segunda parte

Historia del Tarot: Segunda parte

Continuando con esta segunda entrega de la historia del Tarot vemos ahora lo que sucedía en  Egipto o en el Valle del Indo,que también participaron comercialmente con Persia y China, esto era totalmente desconocido en Europa antes del siglo XIV. El Tarot Egipcio está íntimamente relacionado con un famoso libro sagrado del Antiguo Egipto: el Gran Libro de Thoth quien era el dios de las predicciones capaz de medir el tiempo, prever el futuro y elaborar el Tarot Egipcio Original que  estaba representado a través de 108 tablas talladas en oro que a su vez integraban las figuras de los Arcanos Mayores y los Arcanos Menores. La leyenda cuenta que el rey de Egipto conocido bajo el nombre de Hermes fue encarnado por Thoth para gestionar la elaboración de las tablas a nivel terrenal. Y así lo hizo, justamente en la famosa Pirámide de Giza.

Del Tarot se ha dicho que preservó el conocimiento y la sabiduría sagrada de misterios antiguos de Egipto, India, Persia, Mitra, etc., y que fue codificado por un cónclave de altos iniciados de todas las tradiciones de los grandes misterios mundiales,quienes se reunieron en Fez, Marruecos, alrededor del año 1200. Sin embargo, es en el siglo III a.C cuando la religión mistérica inspirada por el Hermetismo (la ciencia de Thoth Hermes Trismegisto,el mensajero, el dios del idioma, la ciencia y la magia) se extendió por los imperios helenísticos y romanos. 

La ciudad de Alejandría en Egipto, hogar de la legendaria biblioteca y museo, fue un centro cultural, lugar de encuentro de muchas tradiciones que atrajo a algunas de las mentes más ilustres de Oriente y Occidente. Así, desde el siglo II a.C. pensadores griegos tales como Antíoco de Ascalón (130-68 a.C.) y romanos como Cicerón (103-43 a.C.) o Séneca (4 a.C. - 65 d.C.) practicaron diferentes grados de filosofía estoica y platónica en Alejandría. 

Este movimiento, el Platonismo Medio, se caracterizó por el retorno al concepto trascendente de lo divino, y por la práctica del simbolismo dirigido a la revelación de los Misterios escondidos. 

Este fue el primer paso hacia la Teúrgia, la posibilidad de llevar a cabo milagros a través de la integración de los principios cosmológicos universales. En efecto, este es el movimiento al que se le puede atribuir el desarrollo del concepto del arquetipo (del griego arkhè) como principio regidor universal omnipresente. Estos grandes filósofos y metafísicos de la Antigüedad buscaron dirigir y corregir las complicaciones inherentes al tratar de crear un modelo cosmológico universal que incorporara todos los principios arquetípicos, que gobernasen todos los aspectos de la experiencia humana, y del Universo, el macro y el microcosmos. Por cierto, alrededor del año 150 a.C. aún existían dificultades para conectar todos los conceptos fundamentales de los diversos campos del conocimiento en un solo modelo inteligible, el fenómeno material objetivo (del griego hyle, del latín materia) y el ícono (del griego eikon) para descifrar y comprender el mundo de manera más exacta, originada desde un logos universal, es decir, un sistema universal, un idioma inteligible.

 

Así, el Tarot de Marsella, que constituye dicho instrumento de conversión del conocimiento del Universo, por medio de iconos simbólicos y de su estructura precisa, tuvo sin duda su base teórica y modalidades prácticas precisamente definidas durante esta era y en los siglos posteriores, por medio del trabajo del matemático pitagoreano Nicómaco de Gerasa (60-120 a.C.) y, sobre todo, de Amonio Saccas (Alejandría, siglo III d.C.) y Plotino (roma, 204/5 - 270 d.C.), ambos fundadores del Neoplatonismo.

La transmisión de las enseñanzas se efectuó a través de los linajes de los iniciados de Oriente y Occidente (particularmente en Bizancio, en donde surgió un renacimiento pitagoreano y platónico alrededor del año 1000 d.C.) luego se transmitió al norte de Italia en el siglo XIII, en donde se copiaban manuscritos herméticos y matemáticos de origen griego y de Alejandría para así ser preservados por los árabes, los cuales fueron traducidos al latín al igual que algunos otros textos cabalísticos judíos. Desde allí, los cistercienses realizaron una transmisión directa, y esta ciencia metafísica tradicional se demostró operacional a través del movimiento de los Constructores de Catedrales, quienes fueron apoyados en sus esfuerzos por los Caballeros de la Orden del Templo de Jerusalén.

 

 En efecto, muchos historiadores piensan que la supuesta base del Tarot (los 56 arcanos menores) es de origen asiático y oriental, y que habría sido adaptada por occidente y completada con los 22 arcanos mayores en Venecia, Italia, en el siglo XIV o XV, aunque las 78 cartas realmente constituyen un todo .

Hasta aquí con la segunda entrega de esta historia que tiene ribetes insospechados un verdadero libro del conocimiento CONTINUAREMOS  la próxima semana  .