¿Cuál es el color del vino?

¿Cuál es el color del vino?

Por Julio Luján - Dpto. Comercial Barricas de Autor

Iniciamos este artículo con ésta pregunta simplemente porque uno se plantea: si la pulpa de la uva es transparente, o bien permítanme denominarla incolora ¿Cómo surgen los famosos Malbec Argentinos o quizás el Torrontés Norteño o Cuyano, o bien los vinos Patagónicos, los de altura de Salta y/o los de la Quebrada de Humahuaca?

Es allí donde volvemos a preguntarnos: ¿qué color tiene el vino? Desde luego, muchos me podrían afirmar sin soplar ni titubear que existen los tintos, los blancos, los rosados y actualmente nos deslumbran los azules, naranjas o negros.

Quédese tranquilo, cada respuesta es correcta, pero por favor, ¿qué nos determina que el vino sea de uno u otro color? Párrafo aparte, y es allí donde los curiosos e introvertidos recurriremos a bibliografías, textos o bien buscaremos en la web algún dato que nos permita resolver el acertijo: de una pulpa traslúcida podemos obtener vinos de distintos y diferentes tonalidades.

En pos simplificar el análisis de este texto, y sin faltarle respeto a la pasión por el conocimiento y cultura del vino, independientemente de los componentes químicos, cualidades y características propias de cada cepa, condiciones climáticas (como el viento, las precipitaciones, amplitudes térmicas), tipos de suelo, del proceso de elaboración o su conservación y el envejecimiento de este ser vivo tan especial, existe un gran responsable del color del vino: “los polifenoles”.

Los polifenoles son un grupo de sustancias químicas encontradas en plantas caracterizadas por la presencia de más de un grupo fenol por molécula. Los polifenoles son los responsables del color, del cuerpo y de la estructura de los vinos, preferentemente en los tintos.

Por otra parte, los polifenoles se dividen entre otros en: antocianos y taninos. A los antocianos los encontramos en la pulpa y en la piel de la uva (hollejo) y serán los encargados de determinar el tono del vino. En tanto que a los taninos los localizamos en la piel, pepitas y raspón, siendo además los responsables de la astringencia.

De manera de bajar a tierra estos conceptos, a simple visual del consumidor y recurriendo a la paleta de colores, denotamos que los tintos pueden ser: rojo rubí, granate, violáceo, púrpura, azulado, bordó, negro, anaranjado, ocre o marrón y que con el correr del tiempo se van aclarando pasando a colores más teja.

Por el lado de los blancos podemos encontrar tonalidades: amarillo oro, pajizo, dorado, cobrizo, pardo, verdoso o limón, y en el caso de los rosados los hay: rosa pálido, cereza, gris, damasco, piel de cebolla o salmón. En el caso de los blancos con su envejecimiento se van oscureciendo tendiendo hacia tonos más amarronados.

Después del collage y pinceladas diferente nos saquemos el pintorcito y vayamos corriendo al almacén de vinos, y agradeciendo el asesoramiento y consejo de nuestro amigo vinotequero, sigamos degustando y catando más y nuevas expresiones de cada terruño de nuestra Argentina! SALUD.