Conducción Defensiva: Es mejor llegar tarde que no llegar nunca

Conducción Defensiva: Es mejor llegar tarde que no llegar nunca

Luciano es una persona buena, es tranquilo y organizado con sus actividades diarias. Sin embargo, aquella reunión de último momento antes de terminar su horario de trabajo le llamo la atención. Se imaginó que sería breve. Pero en realidad, la reunión duró más de lo esperado, haciéndose tarde para buscar a su hijo en el colegio.

Así, a paso apresurado, se fue en su auto comenzando acelerar para no llegar tan tarde. Claro que cuando uno mas apurado está, el mundo se vuelve en su contra y todo parece mas lento. Un corte en la calzada por arreglo le hizo perder sus nervios haciendo caer sus frenos inhibitorios y comenzó a realizar zigzagueo y se escuchaba el reclamo de los demás conductores, que no sabían (ni les importaba) el apuro de Luciano. Dentro de su caparazón de chapa y vidrio se sentía inmune.

De repente alguien no lo vio y se atravesó sorpresivamente en su camino obligándolo a frenar muy fuerte y, aún así, estuvo realmente cerca de chocar.

La conducción defensiva apunta a tener un manejo más seguro y económico, es decir, todo lo opuesto a lo que hacemos todos en el lugar de Luciano.

1.       Rescatar el valor del respeto por el otro

2.       Controlar nuestras emociones y no dejarnos llevar por la ira

3.       Arbitrar los medios para avisar que llegamos tarde

4.       Si esos obstáculos están en tu camino es porque está planeado otra cosa para vos

5.       Tener una conducción más amable, prever las acciones de los otros conductores, anticiparse a sus movimientos, cambiar las marchas adaptándose a cada momento.

Finalmente, Luciano llega al colegio de su hijo. La maestra amablemente le cuenta que aprovecharon el tiempo extra para aclarar un tema de estudio que no estaba claro.